En
México, más del 85 % de las transacciones por montos inferiores a 500 pesos aún
se realizan en efectivo, lo que dificulta la trazabilidad y limita la
transparencia de los flujos financieros. Esta situación eleva el riesgo en cada
operación. Así lo advirtió Silvia Ariza, durante el lanzamiento de Flow en el
país.
Actualmente, el 19 % de los mexicanos utiliza exclusivamente efectivo para hacer sus pagos, situación que limita las oportunidades para fortalecer la inclusión financiera y dificulta la generación de inteligencia de negocio basada en datos.
“El uso predominante del efectivo complejiza la trazabilidad financiera. Sin datos no hay prevención efectiva de fraudes, ni análisis de riesgo, ni optimización operativa posible”, explicó Ariza, fundadora y CEO de Eina Data, quien habló sobre ciencia de datos y digitalización de pagos como parte del evento.
Los pagos electrónicos representan una alternativa eficiente que acelera las transacciones, elimina riesgos asociados al manejo físico de dinero y permite mapear patrones de comportamiento con precisión. Cada operación genera datos que monitorean rutas de cobro, autentican identidades y detectan intentos de fraude.
Negocios que fluyen a pesar de la incertidumbre
Por ello, la propuesta de Flow es integrar al mercado mexicano un modelo que prioriza seguridad, trazabilidad y control de datos con flexibilidad y transparencia, evitando imponer soluciones rígidas o genéricas. “No venimos a inventar el hilo negro, sino a contribuir con una más visión humana, gracias a nuestra experiencia previa en Chile y Perú”, comentó, en su oportunidad, Javier Huerta, Country Manager de Flow en México.
La paytech conecta distintas formas de cobro, transferencias bancarias, wallets y códigos QR, en una arquitectura que captura datos relevantes en tiempo real como monto, geolocalización, frecuencia y dispositivos utilizados. También integra biometría y trazabilidad machine-to-machine (M2M).
“Esto permite crear capas de seguridad basadas en el comportamiento. No se trata de digitalizar por digitalizar, sino de que comercios y usuarios experimenten beneficios en su operación, lo que significa menos rechazos, mayor control y la certeza de que sus operaciones están protegidas”, detalló Javier Huerta.
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