El fundador de Amazon, Jeff Bezos, y su prometida, Lauren Sánchez, llegaron a Venecia, Italia, para celebrar su boda. Según informes, el evento contará con invitados de alto perfil, pero las manifestaciones en su contra han obligado a mantener los detalles bajo estricta reserva.
Al final tuvieron que renunciar a una entrada triunfal en Venecia con su megayate de 127 metros y se conformaron con llegar en helicóptero el miércoles por la tarde al pequeño y melancólico aeropuerto Nicelli, en el Lido. El dueño de Amazon y tercer hombre más rico del mundo y su futura esposa, periodista, dejaron la nave en Croacia por seguridad, tal como está el patio con las protestas contra su boda.
A Bezos y Sanchez apenas se les vio el miércoles un instante, al saltar del taxi acuático a la pasarela, cubierta por un elegante telón de rayas, del hotel que han alquilado entero en el Canal Grande.
El fiestón como tal, con un presupuesto estimado de 30 millones de euros según los medios, ha empezado este jueves. Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner, ya llegaron a la ciudad de los canales acompañados de sus hijos.
También asistieron la diseñadora Diane Von Furstenberg, el padre de Bezos, Ted Jorgensen, el multimillonario estadounidense y el inversor Bill Diller. El flujo de invitados apenas comienza para lo que promete ser el evento social más importante del año.
Antes del inicio de las festividades el jueves, más de 90 jets privados aterrizarán en Venecia para transportar a los asistentes a la boda más extravagante del año, que incluirá diversas actividades, desde fiestas de espuma previas a la boda hasta pijamadas, cenas formales y mucho más.
Por el momento, la gran boda sigue inspirando protestas a algunos venecianos. Unas 40 personas, según la policía italiana, se han manifestado esta mañana del jueves en la plaza de San Marcos, disfrazados de novios, gritando consignas contra el 1% más rico del planeta, bien representado en el enlace de Bezos y Sánchez.
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