Después de la pandemia la mayoría de las empresas incorporaron a sus esquemas de trabajo el home office para evitar el desplazamiento de su personal, reducir sus costos y aumentar su productividad.
Según Runa HR (empresa dedicada a la gestión de nómina y recursos humanos), actualmente en México siete de cada 10 empresas permiten el trabajo híbrido a sus empleados, siempre y cuando cumplan con sus objetivos y responsabilidades. Esto obligó a sus colaboradores a estar cada vez más hiperconectados y permanecer frente a una computadora o teléfono celular la mayor parte del tiempo.
Estar hiperconectados es usar en todo momento los dispositivos móviles, plataformas digitales y herramientas para facilitar la comunicación y el acceso a los datos desde cualquier lugar, cumpliendo, en este caso, con la jornada laboral. Esto ha ocasionado que el trabajador sufra de una sobresaturación digital.
Psiquiatras del Centro Clínico del Ánimo y Ansiedad en Chile señalan que esta sobresaturación provoca que el empleado padezca el síndrome de burnout digital que es el agotamiento físico, mental o emocional por el uso excesivo de dispositivos digitales. Mencionan que es una carga psicológica crónica que causa fatiga, irritabilidad, cansancio, insomnio, ansiedad, estrés y/o disminución del interés en el trabajo.
Este agotamiento digital se da porque al trabajar desde el hogar el empleado no establece límites entre sus responsabilidades laborales y personales; en todo momento está pensando, está preocupado y está al pendiente de los mensajes, correos electrónicos y alertas que llegan de la oficina para responder de manera inmediata, aún fuera del horario laboral, lo que le impide desconectarse de sus dispositivos.
A medida que la tecnología nos hace estar más hiperconectados para trabajar o estudiar, el riesgo de padecer burnout digital o agotamiento aumenta.
Es importante mencionar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que el síndrome de burnout es un fenómeno que afecta la salud al no saber gestionar las sensaciones de agotamiento y el estrés que origina el trabajo.
Como ejemplo, investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, realizaron un estudio con oficinistas, que evidenció que la carga y exigencias del trabajo digital, la presión por los mensajes y reuniones en línea, el miedo a perderse información y comunicación con sus compañeros, contribuyeron al estrés y tensión de quienes realizan home office.
Por ello, la forma más eficaz de combatir el burnout digital es cerrar la sesión de la web, las apps y chats al terminar la jornada laboral. Desconectarse y relajarse es la opción. Además, psiquiatras del McLean Hospital, en Belmont, Massachusetts, recomiendan:
No responder a los mensajes de manera inmediata, establecer un momento específico para hacerlo; no revisar el correo electrónico o mensajes de trabajo antes de irse a dormir; guardar el teléfono cuando se esté fuera de la jornada laboral y dejar la computadora en el trabajo; conectar personalmente con amigos y familiares y revisar el celular y computadora para borrar la información, apps y redes sociales que no se necesiten y que sean un distractor.
Pero aquí hay una responsabilidad compartida, porque también las empresas deben establecer límites claros, respetar los horarios de trabajo y promover el autocuidado de sus colaboradores.
El burnout digital pone en riesgo la salud, la elección es clara, o recuperamos nuestra atención y nuestro tiempo, o seguiremos siendo esclavos de la hiperconectividad con sus consecuencias. Seamos responsables y conscientes para desconectarnos con mayor facilidad.
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