La empresa de limpieza Ocram Seyer tuvo un
crecimiento exponencial durante la administración de Enrique Peña Nieto. No se
sabe con certeza quién es el dueño de la empresa, pero eso sí: de forma
recurrente obtiene contratos por miles de millones de pesos del erario público
en detrimento de los contribuyentes.
La compañía recientemente fue proveedora del
IMSS, entonces bajo la dirección de Alejandro Svarch, con quien mantiene una
disputa mediática por supuestos adeudos. Además, acaba de obtener un contrato
en el ISSSTE por más de 1 mil 024 millones de pesos, adjudicado a través de dos
partidas. En ambas, el grupo Ocram Seyer–Wilk es representado por Gabriel Rosas
Rivera y dirigido por Estela Vega Montaño, según consta en la documentación
oficial.
Sin embargo, la partida número 3, por la que se
cobraron 770 millones de pesos para brindar servicios de limpieza y
desinfección durante un solo año, el 2025, aún se encuentra en disputa, bajo un
proceso por "Incidente de Procedimiento" a cargo del Órgano Interno
de Control (OIC), dependiente de la Secretaría Anticorrupción, encabezada por
Raquel Buenrostro.
El conflicto radica en que dicha propuesta fue
24% más cara que otras y, además, obtuvo una calificación técnica inferior.
Para justificar el rechazo de las ofertas más económicas, el ISSSTE argumentó
que eran "anormalmente bajas" y, por tanto, no viables. No obstante,
este criterio no estaba contemplado en las bases de la licitación, lo que
derivó en la descalificación ilegal de propuestas más competitivas.
Mediante el expediente administrativo
INC-006/2025, fechado el 11 de junio de 2025, el OIC ordenó la reposición del
fallo. En la página 33 del mismo documento se afirma textualmente: “Se presume
la existencia de presuntas faltas administrativas cometidas por servidores
públicos al desestimar sin fundamento la propuesta económica de las
inconformes.” Y añade: “Comprometiendo recursos públicos federales en una
contratación ilegal por el servicio en cuestión.”
El tema no es menor: al ser la propuesta más
costosa, se proyecta que en un solo año de servicio el sobre costo es de 100
millones de pesos. El problema se agrava al considerar que el ISSSTE repitió el
fallo de la licitación y reincidió exactamente en la misma irregularidad,
utilizando argumentos ya calificados como ilegales por la propia autoridad.
Ante este escenario, la pregunta obligada es:
¿Omar Butrón Fosado, director de Administración y Finanzas del ISSSTE, sabe lo
que está ocurriendo en la contratación de sus proveedores?
Comentarios (0)
Sin comentarios