El saqueo que han sufrido las arcas municipales de Tlanepantla
data de gobiernos encabezados el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Con un presupuesto millonario, por años, se menciona, sirvió de
caja chica de gobernadores; la presidencia municipal, aseguran, era el premio
que obtenían políticos de ese partido por algún servicio “especial” que prestaron
al gobernador en turno.
Tan generoso fue Tlalnepantla con la clase política priista
que todavía hace unos meses se habló que dos exsecretarios de
gobierno mexiquense, uno de ellos Luis Felipe Puente, sirvieron desinteresadamente
$$$ de asesores de Marco Antonio Rodríguez Hurtado en el proceso postelectoral
que vivió hace un año después de la elección y en el que termino
finalmente sucumbiendo.
El derroche, encubrimiento y la complicidad priista
fue tal, que en su momento Arturo Ugalde, tras haber dejado la alcaldía se
dio el lujo tres años después de colocar a su hija Denisse Ugalde
en la presidencia.
En el PRI la hermandad existe, sino pregúntele a Pablo
Basáñez García quien devolvió la cortesía a Ugalde Meneses después
de que lo dejo como alcalde, ya que al terminar su gestión le cedió la
estafeta a Denisse Ugalde. Las condiciones no fueron las mismas,
claro, Basáñez dejo las finanzas municipales colapsadas, el saqueo
fue millonario.
Por ejemplo, la supuesta compra de programas a Instituciones
como la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) que nunca
existieron y por los que si se pagaron cantidades millonarias, fue un escándalo
mayúsculo apagado desde el gobierno estatal, se ha insistido que quien
en ese momento ocupaba la tesorería municipal fue quien orquesto
ese millonario negocio. De este tema aún hay mucha tela de donde
cortar, tan es así que más de uno de los que participaron en ese
saqueo y que hoy ocupan cargos en alcaldías, como dice el vulgo, estarían
poniendo sus barbas a remojar. Entre quienes ayudaron a Basáñez
García desde un órgano de fiscalización se encuentra un personaje que en la
actualidad ocupa un cargo en Atizapán de Zaragoza… AL TIEMPO.
ENTRE OTRAS COSAS: En Tlalnepantla, los panistas
no se quedaron atrás, se enriquecieron y lograron entre otras cosas asegurar
la economía por décadas de su descendencia, alcaldes que llegaron a “La
Tierra de Enmedio”, pasaron de vivir en modestas colonias a fastuosas
residencias en la “Zona Esmeralda” de Atizapán de Zaragoza, dos
claros ejemplos Ulises Ramírez Núñez que estuvo en los cuernos de la
luna, fue alcalde de Tlalnepantla, diputado, senador de la Republica y asesor
de quien fuera secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño,: otro, su alumno Marco
Antonio Rodríguez Hurtado quien se encumbro en la política gracias al
generoso apoyo de su mentor a quien materialmente desconoció al ser cobijado
por el PRI.
EL DATO: De que tamaño será $$$
la gratitud de priistas con Pablo Basáñez que recientemente la
presidenta de ese instituto político en la entidad lo nombro presidente del Instituto
Reyes Heroles filial Estado de México… Verónica Liliana Rocha Vélez
quien fue fungió como edil durante la gestión de “Tony” como alcalde, es
otra historia… HASTA LA PRÓXIMA
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